La ciudad que fue

OBSESIÓN

Camino entre casas de cartón,
entre gentes sin alma.
Dentro de mí resuena la música del mar,
el viento de la estepa,
el rumor de árboles azotados.

Sólo tu nombre quiero decir alto,
decirlo muchas veces,
escucharlo volar como un pájaro ciego
rasgando las paredes;
repetirlo
como un rezo de salvación,
como un canto de amor,
cuando la soledad
con su voraz marea me derriba
y se quiebra la máscara
deshecha por mi llanto.


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