La ciudad que fue

INVISIBLE VENTANA

Se abre a veces en medio de la niebla.
Miro por ella y un camino extraño
me envuelve en su ansiedad.
Son árboles antiguos, pero nuevos.
Son rostros conocidos, como desdibujados,
voces que llaman, ámbitos agrestes,
que vienen de muy lejos.
Siento manos amigas,
un brazo predilecto me ciñe,
un silbo corta el aire: ¡Qué canción olvidada!
Como un puñal me hiere con su frío.
Quiero correr hacia sitios de lumbre.
Mas una niebla gris lo invade todo.
Gris de tiempo,
de muerte,
gris,
color que odio.


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