La ciudad que fue

PAYASO CON FLAUTA

(Fantasía en un desván)

Mira, Pedro Ignacio,
encontré un payaso
vestido de raso,
seda deslumbrante,
pirueta brillante,
rostro placentero,
corazón ligero.

¡Con él jugaremos!
Alfombras de espuma,
columnas de sueño.
Baila con el alba,
baila tú, pequeño.
AI caer la tarde,
campánulas rojas
entrarán al baile.

Sonríe el espejo.
Danza en los rincones
sobre los arcones,
donde el polvo lento
deshace el recuerdo
de otros corazones.

¡Encontré una flauta!
ahora la orquesta
se vuelve fantástica:

Y los abanicos,
señores del aire,
inician sus giros
llenando la estancia
como de suspiros.

A la dulce ronda,
¿quién más quiere entrar?
¡Ah!, las caracolas,
que están siempre solas
fulgiendo su nácar
sobre las caobas,
atentas, absortas
en la voz del mar,
en la voz del dueño,
voz del hondo sueño.

Cerca de la flauta
se tiende el payaso,
rendido, cansado,
¡tanto que ha bailado!
Sueña con amigos,
mi canción Io arrulla:
Junto con mis hijos
se queda dormido.


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