La ciudad que fue

AMIGA POESÍA

Me preguntan a veces: ¿Qué es de la poesía?
— Es una gran amiga. Suele venir por casa.
Le encanta alborotar. Ayuda tanto:
No puede ver las lágrimas.
Las recoge por todos los rincones
y las cuelga en las lámparas.
En el ropero guarda mariposas
y en algunas mañanas
toca el disco del sol en primavera
y la casa navega
agitada por nubes y cigarras.

Cuando el señor Invierno, sentado a nuestra puerta
se echa a fumar su pipa a bocanadas,
ordena los armarios
con especial esmero
y enciende en cada pieza
una llama de ensueño.

A veces la tristeza nos visita
con su capa de niebla tan extraña.
Todos queremos que se vaya pronto
y le hacemos desaires,
nos sonreímos en su propia cara.
Pero, si trae miras
de quedarse instalada,
entonces, de improviso
un almendro florido se levanta
en el mismo lugar que ella ocupaba
o una nueva ventana sobre el muro
copia un cielo de nubes extasiadas.
Recomienzan los niños sus rondas y sus juegos
y todo fue tan sólo como un pérfido sueño.


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